A finales del siglo XVIII, en España se vive el ocaso del absolutismo de Fernando VII, con revueltas liberales y la pérdida de colonias americanas. La Armada española, reducida a 16 buques, envía una expedición al puerto de El Callao para apoyar a las fuerzas realistas. El buque insignia de la expedición, el San Telmo, sufre una tormenta al cruzar el Cabo de Hornos y queda prácticamente destruido. Los otros barcos no pueden hacer nada por él y meses después se le da por desaparecido.
Siglos después, se organizan expediciones a la Antártida para buscar los restos del San Telmo. España y Chile colaboran en la búsqueda entre 1992 y 1996. Se exploran la isla Livingston y el Cabo Shirreff, se realizan trabajos de levantamiento de mapas y se encuentran restos de asentamientos humanos y huesos de animales. Se utiliza equipo técnico como antenas GPS, cámaras especiales y magnetómetro.
Se encuentran colonias de pingüinos y lobos de pelo fino. Aunque no se encontraron los restos del San Telmo, estas expediciones representaron un intento de descifrar el misterio de su desaparición y homenajear a los marinos que perdieron sus vidas.
A finales del siglo XVIII, en España se vive el ocaso del absolutismo de Fernando VII, con revueltas liberales y la pérdida de colonias americanas. La Armada española, reducida a 16 buques, envía una expedición al puerto de El Callao para apoyar a las fuerzas realistas. El buque insignia de la expedición, el San Telmo, sufre una tormenta al cruzar el Cabo de Hornos y queda prácticamente destruido. Los otros barcos no pueden hacer nada por él y meses después se le da por desaparecido.
Siglos después, se organizan expediciones a la Antártida para buscar los restos del San Telmo. España y Chile colaboran en la búsqueda entre 1992 y 1996. Se exploran la isla Livingston y el Cabo Shirreff, se realizan trabajos de levantamiento de mapas y se encuentran restos de asentamientos humanos y huesos de animales. Se utiliza equipo técnico como antenas GPS, cámaras especiales y magnetómetro.
Se encuentran colonias de pingüinos y lobos de pelo fino. Aunque no se encontraron los restos del San Telmo, estas expediciones representaron un intento de descifrar el misterio de su desaparición y homenajear a los marinos que perdieron sus vidas.